Hoy nos invita Mónica a dejarnos llevar por la inspiración con imágenes de películas de cine. Yo he elegido ésta por su belleza. No sabía que pertenece a la película "El exorcista" 1973, con lo cual mi historia no tiene absolutamente nada que ver.
Podéis ver más contribuciones en su blog: http://neogeminis.blogspot.com/
UN BALAZO DE LUZ
Anduvo toda la tarde por las calles, al azar, hasta que la
noche lo engulló como a un pequeño insecto. Apareció aquella niebla fatídica
que marcaría su vida con llagas de humo. Primero, deambulaba distraída. Luego,
jugó a esconder las cosas con sus manos frías.
El caminante dejó de
reconocer la ciudad. De pronto se paró. No sabía por qué lo hacía, pero sintió
ese impulso, fuerte como un grito en el oído. Estaba casi paralizado ante la
entrada de una gran mansión. La verja estaba abierta, dejando salir una
vaharada de niebla densa como si fuera el aliento de la casa. Un olor intenso a
vegetación descontrolada escapaba por los muros. Entre la hierba se insinuaba
el bulto fantasmal de un coche viejo, con las ruedas pinchadas.
Dos de las ventanas
estaban iluminadas, dejando ver una
silueta femenina en continuo trasiego. Todo le resultaba intensamente conocido.
Sabía que había estado en aquel lugar hacía mucho tiempo. Luchaba por recordar,
pero cuanto más se esforzaba más se hundía en una angustiosa incertidumbre.
Su estampa permanecía
impávida, bañada de irrealidad, frente a aquella casa, bajo la luz de una
farola que parecía puesta allí para que él buscara en su interior. Era la
estatua de la incertidumbre. En su mente se cruzaban chispazos de recuerdos vivaces
como renacuajos: el humo de un pitillo sin apagar, difuminando la imagen de un
lujoso reloj sostenido por dos ninfas de bronce; música de soul embadurnando de
pasión un cuadro de Picasso; un vestido
de terciopelo rojo colgado indolentemente del pomo de una puerta; una baldosa inclinada, la llama de una
vela... Y luego una mujer, clavándose como una dolorosa aguja en su pecho, cuyo
rostro era imposible de reproducir. Sólo recordaba unos cabellos rubios.
Pendían del borde de la cama, en cascada dorada hacia el suelo.
Todo acerca de esa
noche estaba parcialmente aniquilado, como si por su mente hubiera pasado un
tornado. ¿Quién era esa mujer? ¿La amaba? ¿Podría encontrarla de nuevo?
Sus jefes le dijeron
que no regresara nunca a la ciudad. Hacía veinte años de eso. Trabajaba para el
gobierno americano, como espía. Le habían borrado un fragmento de su memoria
porque guardaba información demasiado peligrosa. Aquella fue su última misión.
Le dieron nueva identidad y una vida
diferente en otro país, y no volvieron a tener jamás contacto con él.
Pero ella, ella…
pensaba una y otra vez, como queriendo exprimirle todo el sentido a la palabra.
De la ventana superior derecha, vio asomarse una extraña figura femenina, muy
alargada, rubia, deformada y vibrando como una llama. Parecía mirarle
fijamente. De pronto, de sus ojos salieron dos luces muy intensas que se
proyectaron directamente hacia sus ojos, cegándole dolorosamente. Fue como un
balazo de luz. Y entonces se vio a sí mismo, desde afuera: contempló una
silueta recortada junto a una farola,
que se giraba para mirar por última vez la casa. Un hombre con bombín y una
pequeña maleta, casi petrificado. Supo
que era él hacía veinte años. En una de sus manos tenía una pistola, doliéndole
como un cepo mordiendo su carne. Y en su recuerdo, unos ojos que le suplicaban.
El hombre del presente
gritó lo que calló el hombre del pasado. A lo lejos ladró un perro con la misma
desesperación. Anduvo unos pasos, pero sentía su ser rompiéndose en pedacitos
de humo. La figura había desaparecido, y en su lugar una gran lengua de niebla,
saliendo de la ventana, lo estaba succionando.
En el futuro quedaría transformado en un sujeto
de sombrero hongo, maletín y una pistola en la mano. Daba igual que trabajara,
saliera con sus amigos, o besara a su hijo. Inevitablemente, su conciencia
estaba allí, disgregándose en la niebla.
Nos has hecho entrar en la historia que nos dejas del antes y el presente muy bueno, a veces es mejor deja en el pasado los recuerdos que nos hicieron daño. Te felicito y me alegro de nuevo leerte en los relatos de los jueves. Un besote grande.
ResponderEliminarUn poco largo para lo que se pide. Lo malo de los jueves es que no te da tiempo a corregirlo, al menos a mí... que soy lentorra.
EliminarGracias por pasar, Campi, es un gusto participar con compañeras como tú :)
Otro besote (enseguida te leo)
Una historia sumamente inquietantes y sugestiva tal como se nos presenta la imagen que elegiste para dejarte llevar por la trama que surge desde las tinieblas de una memoria con culpa y aniquilada para su propia protección. Excelente aporte que nos dejas Volarela. muchas gracias por sumarte a mi propuesta. Por cierto, creo que la imagen pertenece al Exorcista
ResponderEliminar=)
Un abrazo!
Me confundí porque el estilo de la foto se parece mucho a Orson Wells. No he visto el Exorcista de esa fecha; me la apunto.
EliminarGracias por tu propuesta, ha sido un placer.
Un abrazo
Suspenso, intriga, y desentrañar la psicología del personaje.
ResponderEliminarEstupendo micro, felicitaciones Maite, me atrapó desde el comienzo hasta el desenlace.
Abrazos y buen comienzo de Junio.
Me alegra que te atrapara, Adri.
EliminarBuen comienzo de verano (allí invierno)
Un gran abrazo :)
Me pongo en la piel de tu personaje y me resulta muy angustiante ese reencuentro
ResponderEliminarcon su pasado, su memoria borrada, y esos chispazos que retornan vivaces como renacuajos.
Has logrado un relato lleno de suspenso y enigmas, me ha gustado.
Besos
Yo tampoco quisiera estar en su piel...
EliminarMe alegra que te haya gustado, Mirian.
Un beso
Hemos elegido la misma imagen y yo no tenía ni idea de que se trataba de El exorcista.También las dos hemos puesto misterio en nuestro relato aunque son totalmente diferentes. Con el tuyo me quedo intrigada. ¿Tendrá continuación? Es muy bueno. Besos.
ResponderEliminarCreo que si hubiera sabido que es el Exorcista habría salido algo aún más fuerte.
EliminarTe debo una disculpa. Estuve trasteando y me comí el párrafo final. Pero ya está arreglado.
Un beso, y gracias por tu lectura :)
Hola Volarela, soy Esther, creo que estoy por primera vez en tu blog, enhorabuena por tu relato, me ha tenido en vilo hasta el final. (Me falla el Browser, por alguna razón no me deja enviar comentarios por mi cuenta con Google, o al menos eso es lo que me dice, si no fuera así, y sí se hubiera enviado el comentario, disculpa)Abrazos
ResponderEliminarBienvenida, Ester, y nada de disculpas, ha llegado muy bien.😊
EliminarUn abrazo
todo un final necesario, tras su regreso los recuerdos la envuelven y de su exilio exterior e interior consigue acabar con su pasado
ResponderEliminarCreo más bien que el pasado lo persiguirá.
EliminarUn saludo, Rodolfo
Hay recuerdos , estoy segura de ello, que ni la tecnología más avanzada logrará borrarlos .
ResponderEliminarHacía tiempo que no te encontraba por estos lares internáuticos. Alegría de volver a leerte.
Un abrazo artista.
Siempre hay fallos en la tecnología, resquicios...
EliminarGracias, Berta. Yo también me alegro de seguir compartiendo historias!
Besete
Maite reload.
ResponderEliminarUn relato seminegro en blanco y negro.
Nos retrotaes al pasado imborrable por la tecnología,de un personaje atormentado que apenas ha comenzado su tormento.cutioso lo que sale de. Una imagen cuyo origen se desconoce. Cuando publique vi quede seis siete que había en aquel momento ,tres están del exorcista, y dos de ellas (al menos) no sabian su origen.
Me alegro de volverte a encontrar por aquí, descansados
Besosss, mayte
Ahora te reincorporas oficialmente,no?
ResponderEliminarSe me olvidó añadir que tienen tecnología extraterrestre. Es un espía del gobierno americano. Pero claro, siempre hay fallos.
ResponderEliminarEs una imagen tremenda por lo que sugiere. No podía dejar de mirarla.
Gracias por la bienvenida, aunque en realidad no sé si vengo o me voy ...
Mis pilas son muy gordas, ja,ja.
Besosss
Hola Volarela, eres nueva para mí y me gusta tu texto, espero seguir compartiendo este espacio contigo.
ResponderEliminarHas elaborado un gran relato, sugestivo e inquietante, felicidaders.
Un abrazo.
Encantada, M. Carmen.
EliminarMuchas gracias. Yo también espero compartir contigo.
Un abrazo
Nos relatas la trágica experiencia de un espía, cuya memoría fue borrada y no puede recordar...Pero ahí está "la conciencia" coprotagonista de la historia haciendo un flashback imprecable y consiguiendo que el individuo recuerde los hechos...Los focos de consiguen ese regreso al pasado, que le permite al protagonista recordar y sentir el dolor de los hechos...Y es que el alma nadie puede borrarla, está ahí siempre presente, señalando el bien y el mal.
ResponderEliminarMi felicitación por la inspiración y el trabajo, amiga.
Mi abrazo y feliz finde.
La conciencia... Ay... Siempre llega, más tarde o más temprano.
EliminarMe alegra que lo hayas visto con tanta claridad.
Un fuerte abrazo, agradecido :)
Hacia tiempo que no te leía, Volarela, y me alegra que te hayas sumado a este jueves, eligiendo una imagen en la que tú nos haces adentrarnos en ella donde tu relato nos engancha y nos hace sentir esa angustia inquietante del personaje. Qué bien has sabido captar la imagen.
ResponderEliminarComo siempre que escribes relatos, es admirable, y te felicito.
Besos enormes.
Me alegro haberte metido en la imagen.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, María, siempre tan atenta y generosa.
Un besazo
Una historia apasionante t apasionado que ha conseguido dejarme petrificada, como a tu protagonista.
ResponderEliminarUna aportación que es casi una película.
Cuánto me alegra, Tracy, tus lecturas me encantan porque siempre aportas visiones diferentes, muy personales.
EliminarMuchas gracias por pasarte :)
Un abrazo :)
Hola, Voladera.
ResponderEliminarTu historia es como un desdoblamiento en el mismo tiempo. Es como si por un lado estuviera todavía ese pasado que no ha logrado eliminar y, por otro, ese futuro que no puede recordar. Dos tiempos para el mismo personaje pero, al mismo tiempo, lejos de ser paralelos son simbióticos. No sé si me explico :-9
Eres relato, con esa ambientación que recuerdo al cine negro, esa inclusión de la tecnología que es capaz de borrar partes exactas de la memoria... Sin duda alguna, un thriller realmente inquietante, con una personalidad única.
Un beso enorme :-)
Encima le he metido una fantasma en la ventana que le hace verse en el pasado estando en el presente. El futuro será para él la tortura de la repetición del pasado que acaba de descubrir (su condena por el crimen) y el pasado, en efecto es una simbiosis con el presente porque le aporta lo que había perdido...¡menudo lío! Yo sí que no me explico :)
EliminarMil gracias por tu visión. No imaginas lo que me ayuda tener vuestras impresiones, aprendo mucho... Al final sí tiene una rara personalidad esta "cosa", mezcla de fantasía, cine negro, y unos toques de suspense.
Un beso grande, (aún no he tenido de tiempo de leeros a todos; ahora voy a por el tuyo)
Un encuentro inquietante. Bien narrado y con un ritmo estupendo.
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegro; el ritmo es importante.
ResponderEliminarUn abrazo