Fotografía: Volarela
EL MAR Y NOSOTROS
Sin juegos no hay inocencia.
Sin inocencia no hay amor.
Nosotros éramos el juego
de las puras olas.
Nuestros cuerpecillos desnudos se vestían de espuma
y a cada exhalación de mar
teníamos un traje nuevo.
A veces teníamos pececillos de espuma entre los dedos;
Y a veces una ola bebé
nos dejaba un tirabuzón en la sonrisa.
Y el sol también jugaba...
¡Ay el sol!
riéndose doradamente
desde la arena ardiente
donde dejábamos caer nuestras fresca piel de albaricoques,
bellamente agotada.
Teníamos estrellas de espuma en los ojos
y no lo sabíamos;
luz chorreando en los dedos al tocarnos,
y no lo sabíamos.
Porque éramos el puro amor galopando libre...
sobre las blancas praderas de las olas.
*
Podéis leer más aportes marinos en Palabras de Sindel. Mar
Qué feliz me hace que te unas esta semana a la propuesta con este poema tan bello. La inocencia al desnudo, bañada por el mar y la arena, años dorados como el sol, la vida pura floreciendo. Me encantó
ResponderEliminarUn beso!
Querida Sindel, si no fuera por mi falta de tiempo estaría contigo cada semana. De hecho, tengo una tira de poemas inspirados en aquellas palabras tuyas que propusiste hace años...
EliminarUn besazo!
En mar en el recuerdo de la infancia... oh, que maravilla
ResponderEliminarhay rosas flotando en la orilla de la evocacion, si. Justo vino esta poesia a visitarme,
te cuento Maite querida: resulta que aqui es invierno y hace un frio negro, pero este recuerdo me trajo calor de nuevo. Las luces de la calle
ya estan encendidas, estan brindando las hadas bienhechoras
y te envian sonrisas, entre rosas amarillas.
Me encantan tus hadas, qué alegres son, como las rosas amarillas.
EliminarMás y más sonrisas para ti, cálidas y marinas